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21-11-2022
ExposicionesTal vez solo el silencio exista...
José Saramago (1922-2010)
«Queda el silencio después de la música y después del sermón, qué importa que se alabe el sermón y se aplauda la música, tal vez sólo el silencio exista verdaderamente.»
José Saramago, Memorial del convento
José Saramago escribía en uno de sus Cuadernos de Lanzarote: «Todas las características de mi técnica narrativa actual (yo preferiría decir: de mi estilo) provienen de un principio básico según el cual todo lo dicho se destina a ser oído.» Con esta premisa, no es extraño que una de las formas más directas e intensas para penetrar en el mundo real -o imaginario- del Nobel luso sea lo sonoro: voces, sonidos o músicas y, mucho más allá si cabe, silencios. Y de esto trata esta instalación: de lo escrito, de lo dicho, de lo oído y de lo callado –en fin, del mundo sonoro de José Saramago y sus obras.
Penetrar en la mente del escritor a través de sus sonidos y sus silencios, con referencias, sugerencias y metáforas, es un acto altamente especulativo. Es esta una instalación que va más allá de la contemplación pasiva, ya que exige del visitante el penetrar, aventurarse, en esa caverna que es la mente del creador, sentir físicamente la grieta, escuchar los objetos que viven en su interior, en su memoria y en lo cotidiano, acoger sus dudas y certezas, reconocer la luz que demanda y aceptar la oscuridad que provocan sus textos, textos que hablan y callan, gritan, lloran y aman.
Una instalación para ser oída –aunque, como nos recuerda Saramago, tal vez solo el silencio exista...
Joan Cerveró, compositor
Esta instalación sonora acoge, bajo el título global de Grieta, las siguientes obras/fragmentos originales, compuestos por Joan Cerveró:Intérpretes
Equipo artístico
Una instalación sonora de Joan Cerveró (Currículum breve), encargo de la UPV con motivo del centenario del nacimiento del escritor luso-español, Premio Nobel y doctor honoris causa por la Universitat Politècnica de València José Saramago (1922-2010).
«Antes de escribir, escucho la música que hay en las palabras». José Saramago
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